El juego es la mejor manera de desarrollar habilidades físicas, mentales y sociales de un niño. También puede ser una puerta de enlace al proceso de integración. Los niños nacen con un sentido innato de asombro, por lo que es un estado mental natural participar en el juego. El tipo de juego que es apropiado para cada niño varía según la edad y la cultura. Pero, no importa cuál sea la actividad, cada niño la pasará un buen momento.
La investigación muestra que el juego puede desarrollar habilidades de pensamiento crítico, bienestar emocional y competencia social. Puede ayudar a construir la resiliencia, mejorar las habilidades de resolución de problemas y aumentar las capacidades sociales y emocionales. Incluso puede construir los músculos del cuerpo. La fisicalidad del juego también se asocia con la función cognitiva, el control de comportamiento y el logro académico. Es una excelente manera de ayudar a los niños a aprender a expresarse y hacer planes. No siempre es posible observar y analizar un juego de niños, pero si un adulto está mirando, pueden ver qué pasa y luego escribe su propia explicación.
El juego es vital para el desarrollo de los niños. Ayuda a reforzar los conceptos como la causa y el efecto, e inspira la imaginación. El juego abierto inspira la creatividad y permite a los niños ejercer habilidades de pensamiento crítico. También beneficia a un desarrollo físico y social de niños. Pueden aprender a interactuar con otros y desarrollar la comprensión de las normas y expectativas sociales. Además, pueden aprender a escuchar a los demás y comprometerse con ellos cuando sea necesario. También pueden desarrollar las habilidades para hacer frente a sus emociones y estar aceptando sus diferencias.